sábado, 22 de diciembre de 2007

La carta del cartero


Cada año al aproximarse estas fiestas
tan entrañables,regresan como el turron
y el caba las protestas de quienes no las
soportan, el lamento de quienes detestan
el consumismo obsceno y casi unánime que se desata cada vez con mayor adelanto, el reproche de quienes deploran la pérdida delsentido religioso de la celebración, etc,etc,etc.
A la opinion adversa expresada por una articulista se adhieren no pocas personas, y hoy resumimos todas las objecciones frente a la Navidad de nuestro tiempo.
No deja de resultar fascinanteque año tras año, y cada vez con mayor aparato se imponga algo que a tantos desagrada.
Pero está demostrado que los detractores lo tienen crudo. Siempre pueden darle sentido al trance procurando la felicidad de otros, que a veces gratifica más que la propia.
Y si no, huyan obusquen un agujero bien profundo . Aquí está de nuevo.
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